HABLAR es fácil, pero CALLAR requiere prudencia y dominio.
 

HABLAR oportunamente, es acierto.
HABLAR frente al enemigo, es civismo.
HABLAR ante una injusticia, es valentía.
HABLAR por rectificar., es un deber.
HABLAR para defender, es compasión.
HABLAR ante un dolor, es consolar
HABLAR para ayudar a otros, es caridad.
HABLAR con sinceridad, es rectitud.
HABLAR de sí mismo, es vanidad.
HABLAR restituyendo fama, es honradez.
 HABLAR disipando falsos, es de conciencia.
HABLAR de defectos, es lastimar.
HABLAR debiendo callar, es necedad.
HABLAR por hablar, es tontería.
HABLAR de Dios, significa mucho amor.

CALLAR cuando acusan, es heroísmo.
CALLAR cuando insultan, es amor.
CALLAR las propias penas, es sacrificio.
CALLAR de sí mismo, es humildad.
CALLAR miserias humanas, es caridad.
CALLAR a tiempo, es prudencia.
CALLAR en el dolor, es penitencia.
CALLAR palabras inútiles, es virtud.
CALLAR cuando hieren, es santidad.
CALLAR para defender, es nobleza.
CALLAR defectos ajenos, es benevolencia.

Aprende primeramente a CALLAR para poder HABLAR con acierto y tino, porque si HABLAR es plata, CALLAR es oro.

 

¡Dios les bendiga!

Amén