“Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” Santiago 2:26

 

Un ángel vino de parte de Dios a un hombre y le dijo: "Serás rico, tendrás buena posición social, te casarás con una mujer a quien amarás y tendrás un gran ministerio".

 

El hombre se sentó a esperar que todas estas bendiciones viniesen a su vida. El hombre murió sin ver todas las cosas que el ángel le había dicho que recibiría. Al llegar al Cielo y estar en la presencia de Dios le dijo: "Señor, me prometiste grandes cosas, las cuales me quedé esperando toda mi vida sin verlas llegar, ahora estoy aquí, morí pobre, sin posición social, sin esposa y sin ministerio; ¿acaso te olvidaste de mi?

 

- "Hijo mío, -dijo el Señor-:

 

¿Te acuerdas de aquel negocio que ibas a poner y por miedo al fracaso no lo hiciste? Esa era tu oportunidad de hacerte rico y la perdiste por no arriesgarte.

 

¿Recuerdas el terremoto que hubo en tu ciudad? Muchas personas fueron heridas y quedaron bajo escombros, pero tú te negaste a ayudar para cuidar tus pertenencias de los ladrones que andaban merodeando. Esa era tu oportunidad de tener buena posición social siendo un héroe.

 

¿Recuerdas aquella hermosa mujer por la cual sentías una gran atracción? Ella pudo ser tu esposa, pero nunca supo lo que sentías por ella. Se fue con otro que sí se lo dijo.

 

Nunca te preparaste para el Ministerio que yo te tenía preparado. Iba a respaldar tu obra pero te pasaste toda la vida esperando que yo hiciese todo lo que tu debías hacer".

 

¿Acaso no sabes que Yo ya hice todo lo que tenía que hacer?:

Morí por ti. He entregado todas las cosas en tus manos. Tienes autoridad pero siempre esperas que Yo lo haga todo por ti.

 

"El Señor nos da las promesas que son ciertas y verdaderas en Cristo Jesús, pero nosotros debemos actuar en fe, el Señor nos respaldará en las cosas que nos manda; nuestra obligación es PONERLAS POR OBRA".

 

¡Dios les bendiga!

Amén