. . . mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.  1 Juan 4:4
 

En los años 30, un misionero de una primitiva villa africana vivió en carne propia el conflicto entre el poder del reino del mal y la omnipotencia de Dios.
 

Según el escritor Calvin Miller, un hechicero había advertido al misionero que el dios de la tribu destruiría su escuela. Un relámpago cumplió esa amenaza. Convencido de que el espíritu vudú no tendría la última palabra, el misionero proclamó públicamente que el Dios de la Biblia destruiría el tótem del hechicero aquella noche con un relámpago. Para absoluto asombro de los habitantes de la villa, ¡eso fue exactamente lo que sucedió!
 

Aquellas personas vieron esto como evidencia del poder superior del Dios del misionero.
 

En el libro de Éxodo, Moisés y Aarón pudieron haberse intimidado con los magos de Faraón. Su poder demoníaco se hizo claramente evidente cuando sus varas se convirtieron en serpientes. Pero Dios tranquilizó a sus siervos y les recordó su poder superior cuando la vara de Aarón convertida en serpiente devoró a las otras serpientes.
 

El poder de Satanás queda demostrado al obrar mediante la incredulidad y los sistemas religiosos falsos. Pero cuando andamos con Dios, no tenemos que temer. El diablo y todos sus poderes no se comparan con Dios.

 

EL PODER DE CRISTO QUE ESTA DENTRO DE TI ES MAYOR QUE EL PODER DEL MAL QUE TE RODEA

 

¡Dios les bendiga!

Amén