Un reconocido orador inició su seminario sosteniendo un billete de $20.00 dólares y pregunta a su auditorio:

- Alguien quiere este billete?

-Muchas personas levantaron la mano.
Entonces les dijo:

-Alguno de ustedes recibirá este billete, pero antes voy a hacer algo.

 

Tomó el billete con su mano y lo oprimió hasta arrugarlo, luego volvió a preguntar si alguien todavía  lo quería.
 

Las manos del auditorio se mantenían arriba.

-Bien- dijo el orador- ¿Y si hago esto?

Tiró el billete al suelo y empezó a pisarlo. Después lo recogió sucio y maltrecho del piso y volvió a preguntar si  todavía lo querían. Las manos continuaban arriba.

 

- Amigos míos - comentó el orador -han aprendido una valiosa lección: No importa lo que le hice al billete, ustedes todavía lo quieren porque su valor no disminuyó, pues todavía vale veinte dólares.
 

Muchas veces en nuestras vidas somos derribados, somos maltratados, mordemos el polvo debido a las decisiones que tomamos y a las circunstancias que encontramos en nuestro camino, porque creemos que con nuestras fuerzas y nuestra inteligencia podemos hacerlo todo.
 

Entonces, nos sentimos como si ya no valiéramos nada. Pero no importa lo que les haya pasado o pueda pasar, Jesucristo nos ofrece una vida nueva, limpia y mejor que la que teníamos antes, y de este modo nunca vamos a perder nuestro valor. 
 

Cuando aceptas a Jesucristo como tu Señor y Salvador, no importa lo que hayas hecho, no importa, el te da una vida renovada, la cosas viejas pasaron, y así no solo nunca perderás tu valor, SINO QUE TENDRÁS MUCHÍSIMO MAS VALOR DEL QUE TENIAS ANTES.

 

¡Dios les bendiga!

Amén